MI VIEJA
Mi vieja se me perdió en el San Cristóbal en Septiembre del ‘75, cerca de la virgen.
Todavía la busco. Y sólo recibo sus llamadas telefónicas cada vez que descanso bajó un bus oxidado, o cuando pretendo dormir en un banco de una plaza cualquiera.
Le tengo muchos regalos en mi gran saco. Sé que le van a gustar.
Sobre todo esa laca que tanto cuidaba cuando era joven y su argolla de cobre; la que le dieron cuando no habían celulares.
1 Comentarios:
A la/s 3:29 a. m., Anónimo dijo...
Sublime compa!!!!!
un amor desenfadado el tuyo que no pierde la esperanza de tener en sus brazos de nuevo a su musa... aunque hayan pasado 33 años!!!!!
: )
excelente texto!
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