La imaginaria confesión de Raúl Martines
Me llamo Raúl Martines y cada vez que me subo al metro me enamoro perdidamente de alguna damisela. No me cuesta entablar algún tipo de conversación, menos aun dar a conocer mis amorosas intensiones, muchas veces me cuesta más de lo debido, pero al final todo tiene su recompensa. Soy feliz y creo no disimularlo.
Grandes idilios he vivido en aquellos momentos y apasionados amores he tenido. Pero, por suerte, cada vez que el romance se ha tornado patético y las discusiones son algo demasiado recurrente, la estación que espero me abre sus puertas y raudamente me bajo, para ser libre otra vez.
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