Nos mecemos otra vez
Quieto tras el grueso vacío
escamoso sendero de otros abandonados
de noche me escapo a ver la luna enorme
que sugiere un brillo diferente
de los iris celestiales que bailan cuando tintinean campanas
de heavy metal
como un tractor de de doce octavas pasando de mi cabeza
a las manos del verdugo que corta el cuello corto para que
salgan
otras rimas y otras notas en nuestro caminar
para que tu voz atrayente de canto de sirena de ambulancia
sensual
haga a todo iluminarse
en jugos de sábanas nos mecemos otra vez
hasta saber que somos dos rayos de luna llegando
del vacío vacío a sus bocas que cantan fuerte
y no se cansan nunca
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