La Fuente
La fuente da la juventud estaba en la cochera. Ahí los cuadros no envejecían, las fotos eran más jóvenes que antes y los insectos no parecen cambiar.
Cuando entro en sus dominios, la brisa polvorienta hace que mi nariz renazca y viva intensamente durante quince minutos. 1976 se siente al alcance de mis dedos mientras el grupo Abba canta Waterloo, en la Philips a tubos.
Al salir, la luz del sol hace que aquella humedad oscura desaparezca con su aroma a un tiempo detenido; y mi añoranza, vuelve otra vez, a ser un potro desbocado en los confines de mi mente.
3 Comentarios:
A la/s 5:57 a. m., Anónimo dijo...
la máquina del tiempo.
A la/s 8:56 p. m., Anónimo dijo...
Arnado: Aunque tu relato me gusta (tiene poesía), hay algo discordante en los tiempos verbales que utilizas.
A la/s 10:06 p. m., La Bruma II dijo...
Gracias!!! Arreglado.
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