PERTENENCIA
¡Oh Dios!
Cuanto amor se escabulle en este instante por
mi piel
Y cuanta dicha recojo de entre los escombros
de esta fútil lucha
¿Es acaso mi existencia tan simple que solo
recibo la risa de lo abandonado por otros?
O eres tú
Creador misterioso
Quién
ha encendido aquella vieja treta del paraíso
En mi cuerpo.
Solo sé que puede ser un día de esos
Pero aguardo pacientemente bajo la sombra de
un viejo árbol
Que me habla con lenguas más antiguas que la
memoria
Sobre este extraño sentido
De todo lo que hoy me rodea
Y me mojo en un agua balsámica y siento que
soy parte
De ella y de las hojas y de la tierra.
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